Se sostiene el superávit financiero

¿Cómo le fue al fisco en abril?

El Sector Público Nacional No Financiero registró en abril el cuarto mes consecutivo de superávit fiscal, situación que no se evidenciaba desde 2008 (si bien en 2009 hubo superávit financiero en el acumulado el mes de abril ya mostraba déficit). En números, las cuentas públicas registraron un superávit primario de $264.952 millones en abril. A su vez, con un pago de intereses que se ubicó en $247.543 millones, el superávit financiero resultó ser $17.409 millones.

¿Qué explicó el superávit fiscal en abril? Nuevamente los ingresos cayeron -6,5% real i.a, pero el recorte sobre el Gasto Primario (-23,7% i.a. real) volvió a explicar la mejora en las cuentas fiscales. A diferencia de los resultados obtenidos en el primer trimestre del año, en abril el resultado financiero moderó su magnitud, como así también lo hizo la caída en el gasto.

El superávit fiscal acumulado en el primer cuatrimestre estuvo caracterizado por un marcado recorte sobre el gasto público y una caída en los ingresos que se vio mitigada por la ampliación del Impuesto PAIS. Justamente, dicho impuesto fue uno de los sustentos del programa fiscal en el primer cuatrimestre: de no ser por su aporte, el Gobierno habría mostrado un déficit financiero y el superávit primario se habría reducido a la mitad.

¿Qué ocurrió al interior de las cuentas públicas?

¿Qué explicó el magro desempeño de los recursos? La caída real en los tributos asociados a la actividad económica y los ingresos fue compensada con el aporte de los Derechos de Exportación y el Impuesto PAIS.

En números, el IVA se redujo en abril 8,1% real i.a., al igual que los demás tributos asociados al nivel de actividad que volvieron a marcar rojos reales. En paralelo, el Impuesto a las Ganancias continúa anotando caídas reales (37% i.a) desde el recorte de la cuarta categoría de diciembre 2023, al igual que las Contribuciones a la Seguridad Social, que hilaron su octava caída real consecutiva (-18% i.a).

De los tributos asociados al comercio exterior, los Derechos de Exportación moderaron su crecimiento +33% i.a. real como consecuencia de una cosecha que continúa demorada. Análogamente, el Impuesto PAIS mostró un incremento real del 211% i.a., producto de su ampliación al inicio del mandato. No obstante, se observa una notoria moderación con respecto a los meses previos (aumentos superiores al 300% real en promedio), lo cual podría explicarse por menores importaciones.

¿Qué paso con el gasto? Como resultado de un recorte transversal sobre todas las partidas, el Gasto Primario registró un rojo real del 24% i.a, aunque moderó el nivel de caída de los meses previos debido al impacto de la nueva fórmula de movilidad.

En tal sentido las Prestaciones Sociales cayeron un -17,4% i.a real, mostrando una dinámica heterogénea a su interior. Por un lado, las Jubilaciones y Pensiones (incluyendo PNC) mostraron una caída real del 26% i.a, mientras que las Asignaciones Familiares cayeron un 40%. Al mismo tiempo, la AUH hiló su segundo mes consecutivo al alza (+9% i.a. real) y las prestaciones del PAMI se recuperaron un 7% i.a.

Por su parte, los Subsidios Económicos cayeron un 14% i.a. en términos reales y moderaron el recorte evidenciado en los últimos meses. Como venimos mencionando, parte de la reducción en esta partida no estaba explicada por un ahorro genuino, sino por una postergación de pagos y compromisos a CAMMESA.

En cuanto a la negociación con los gobiernos provinciales, tanto las Transferencias a Provincias (corrientes y de capital) como los Gastos de Capital (obra pública excluyendo transferencias) mostraron otra contundente contracción real del 77% (que explicó el 35% de la caída en el gasto primario). En su interior, se destaca la moderación de la caída en el Gasto de Capital de Nación destinado a energía (34% real i.a. en abril contra un 77% en marzo).

Con respecto al resto de las partidas, las Transferencias a Universidades (foco de conflicto reciente) se redujeron un 27% i.a. real y los Gastos en Funcionamiento (donde se incluyen salarios) cayeron 18% i.a. real. Ambas partidas acumulan el cuarto mes consecutivo en rojo.

¿Qué esperamos hacia adelante?

Desde el inicio de la gestión, el Poder Ejecutivo enfatizó la necesidad del ordenamiento de las cuentas públicas y estableció el ancla fiscal como driver de la política económica, impulsando un cambio de régimen económico que regenere credibilidad y confianza. En este contexto, el contundente resultado financiero obtenido en el primer cuatrimestre le dio un respiro al gobierno de cara al resto del año.

Sin embargo, las características del ajuste implementado sobre el gasto, la dinámica que podría adoptar la recaudación en un contexto recesivo, la postergación de tarifas y la indexación de las partidas previsionales siembran incertidumbre sobre su sostenibilidad en la segunda parte del año. Típicamente, la estacionalidad del gasto y los ingresos genera mayores presiones sobre las cuentas públicas en los segundos semestres.

En cuanto a los recursos, la recesión económica proyectada seguramente deteriore los ingresos asociados a la actividad, lo cual no sólo afectará a la Nación, sino que impactará con mayor fuerza sobre las cuentas públicas provinciales (ya perjudicadas por la modificación de Ganancias) dado que son mayormente impuestos coparticipables.

En el corto plazo, la liquidación de la cosecha gruesa incrementará lo recaudado vía Derechos de Exportación, poniéndole un límite a la caída de los recursos. Sin embargo, aquel factor mostraría su pico estacional entre el segundo y tercer trimestre, para luego moderarse en la segunda parte del año. A su vez, uno de los pilares de la recaudación durante los primeros meses de gestión fue (y será) el Impuesto PAIS, un recurso transitorio que en algún momento deberá reducirse si se pretende salir del CEPO.

En lo inmediato, el Impuesto PAIS recaudado vía licitaciones de BOPREAL dotará de recursos extraordinarios al fisco en mayo. No obstante, se abre un nuevo interrogante de cara a los próximos meses: quedan apenas USD 60 M por licitar, pero ante la demanda cautiva en utilidades y dividendos retenidos el Gobierno podría verse tentado a lanzar nuevas licitaciones de BOPREAL. De esta manera, las autoridades podrían seguir aprovechando una fuente extraordinaria de ingresos para encauzar la consolidación fiscal.

En este contexto, la aprobación del nuevo Paquete Fiscal y la Ley Bases podría dotar de mayores recursos al fisco producto de la reincorporación del Impuesto a las Ganancias (Ingresos Personales) y el blanqueo. No obstante, los impactos fiscales los podríamos ver reflejados recién en la segunda parte del año producto de las demoras en su tratamiento.

Con respecto al gasto, el ajuste implementado sobre el Gasto Social (más de la mitad de las erogaciones) se encontraría limitado por el cambio en la fórmula de la movilidad previsional, que se actualiza mensualmente desde abril según la inflación evidenciada dos meses atrás. Si bien la nueva fórmula resguarda los haberes y las asignaciones frente a una eventual aceleración inflacionaria, también elimina la posibilidad de recuperarse frente a un escenario de crecimiento y recuperación económica, congelando los haberes en mínimos reales. De este modo, pese a que el cambio de fórmula incrementa en el margen el gasto en jubilaciones y pensiones, le pone un techo al gasto social tanto para el último tramo del año como para 2025 frente a una eventual recuperación de la economía.

Distinto es el caso para las Transferencias a las Provincias y los Gastos de Capital, donde el Gobierno tiene un mayor margen de maniobra, pero son una carta de negociación para conseguir mayores votos en el Congreso. Justamente, la misma aprobación del nuevo Paquete Fiscal podría recomponer en parte unos diezmados recursos de las finanzas provinciales.

En cuanto a los Subsidios Económicos, si bien la actualización tarifaria implementada alivió en parte las presiones sobre este rubro, aún quedan actualizaciones pendientes postergadas. Del mismo modo, será necesaria una normalización de los pagos y compromisos adeudados en los primeros meses de gestión para no generar aún más distorsiones en la cadena de pagos del sector energético. Pese a que el Gobierno busca cancelar dicha deuda mediante la colocación de un bono, aún no se encuentra resuelto.

Por su parte, recientemente se implementó un cambio en la estrategia monetaria que buscó redireccionar la liquidez excedente desde Pases Pasivos del BCRA hacia LECAPs (letras capitalizables del Tesoro). Dicho rediseño refuerza la dependencia del esquema monetario-financiero sobre el ancla fiscal y añade nuevos riesgos para tener en cuenta. En concreto, ahora la consolidación de una trayectoria superavitaria del Tesoro no sólo será necesaria para absorber liquidez, sino también para evitar ruidos en materia de cumplimiento de las obligaciones de las LECAP, lo cual podría afectar los balances del sistema financiero.

Si bien esta estrategia incrementa el endeudamiento del Tesoro y eleva los compromisos a afrontar en 2024, el hecho de que el instrumento seleccionado sean las LECAP evita presiones sobre el resultado financiero: el pago de intereses no se registra como tal, sino que se capitaliza y se registra como amortizaciones (por debajo de la línea).

A modo de cierre, será crucial seguir de cerca lo que ocurra en materia legislativa, la estabilidad del mercado de deuda en pesos, las actualizaciones pendientes de tarifas, la dinámica que adopte el consumo privado por su impacto en recaudación, la posible extensión de las licitaciones de BOPREAL y las eventuales modificaciones en las restricciones cambiarias.